La aleación de acero inoxidable más extendida en la industria oleícola es AISI-304. Sin embargo en otros sectores alimentarios, por ejemplo el del vino (industria a la que el aceite de oliva se compara con ánimo de mejorar determinados aspectos) se almacena en depósitos fabricados en AISI-316. La pregunta inmediata es ¿Necesita el vino un acero “mejor”? ¿Se resigna el aceite a invertir en un acero “peor”? Ambas son incorrectas, porque están mal enunciadas.
Más que aceros inoxidables mejores y peores lo que existen es muchísimas aleaciones diferentes cada una de las cuales se ajusta mejor o peor a cada industria en la que se aplica.
Los Aceros Inoxidables Austeníticos.
Los aceros del grupo 300 a los que las aleaciones nombradas pertenecen son aceros austeníticos. Son los más utilizados por su amplia variedad de propiedades, y se obtienen agregando Níquel a la aleación. Las propiedades básicas son: Excelente resistencia a la corrosión, excelente factor de higiene – limpieza, fáciles de transformar, excelente soldabilidad, no se endurecen por tratamiento térmico, se pueden utilizar tanto a temperaturas criogénicas como a elevadas temperaturas.
El caso del acero inoxidable AISI-304
El acero inoxidable AISI-304 es el más utilizado de los aceros inoxidables austeníticos. Es capaz de satisfacer una amplia variedad de requisitos físicos por lo que es un material ideal para utilizar en tanques de almacenamiento. El 304 proporciona una buena resistencia al ataque ácido moderado, pero menor que si se compara con el tipo de acero AISI-316.
En determinados medios, especialmente en aquellos que contienen iones cloruro (Cl-), el AISI-304 muestra propensión a una forma de corrosión llamada corrosión por picadura. Es un tipo de corrosión extraordinariamente localizada, en la cual en determinados puntos de la superficie del material, el medio agresivo consigue quebrar la película pasiva para después progresar en profundidad. El molibdeno (Mo) es introducido como elemento de aleación en los aceros inoxidables precisamente para disminuir la susceptibilidad a esta forma de corrosión. La presencia de molibdeno permite la formación de una capa pasiva más resistente y en casos en que el inoxidable 304 no resiste a la acción de determinados medios (como el vino en este caso) los inoxidables 316 constituyen una excelente solución.
Fuentes sobre el tema: Utp.edu // Armagard
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